Casi una fumarola del cantar popular, que ha resistido por décadas el ventarrón de chismes y caricaturas que acentúan las mariguancias del ídolo. La estrella española más imitada por los humoristas, la burla hecha canción, la superventa de la parodia que sobrepasa la copia de discos y compacts. Si hasta los cabros chicos saben el chiste y dicen: Ay Raphael mi chica, cuando quieren reírse de un amiguito más delicado.
Raphael Martos, que apareció tan sencillo y provinciano por allí en los sesenta, cuando la balada pop era favorita en la madrepatria de Franco, y los cantautores de protesta pasaban de contrabando en la nueva ola de minifaldas a lunares y canciones del corazón. En esa España franquista, su romancero marucho venía bien, era un analgésico apolítico frente a Serrat, Paco Ibáñez y todos esos chascones de izquierda que querían cambiar el mundo. Allí hizo su estreno Raphael, arrancando suspiros a las niñas con su imagen de joven demasiado sentimental cantando: "Cierro mis ojos, para que tú puedas hacer lo que quieras conmigo." Pero esas letras inflamadas de deseo eran de Manuel Alejandro, un compositor que junto a Rafa hicieron la dupla triunfadora, la pareja que sonaba en los pelambres del cotorreo discográfico. Como si compositor y cantante se entrelazaran en los surcos del long play. Como si música y voz, verso e interpretación, bailaran juntos, girando apretados en ese: "Cierro mis ojos, para que tus dedos corran por mi piel".
Entonces el niño filmaba películas de galán, repletando estadios con esas fans molestosas que no le dejaban tranquilo, que todo el día se lo pasaban detrás de sus pasos y hasta en el baño encontraba a alguna sapeando por la ventana que cerraba de sopetón en sus narices. Pero ellas igual seguían encandiladas con "Aquel que cada noche te persigue." Pasando de conquistador con su macho aflautado, movía las fibras maternales de las mujeres encantadas con su cortejo ambiguo, con su especial desafío al cantar "Digan lo que digan". Pero dijeran lo que dijeran, y frente al futuro de su carrera, igual tuvo que casarse con una bella de la nobleza cofia, tapándole la boca a todos esos mal pensados que tragaron saliva al ver la foto de Rafa con mujer y rodeado de hijos, con tanta tradición católica como segunda familia real.
Con la franquicia de su boda, se acallaron por un tiempo las malas lenguas, y el astro pudo desplegar tranquilo las trenzas emancipadas de su actuación. Incorporó el baile y otros géneros de la música popular, como el folclor latinoamericano, frágil izando su tradición política con los zés, zis, zás de su afectada vocalización. En Chile, ante la mirada preocupada de la izquierda, hizo una interpretación de Violeta Parra, amariconando el "Gracias a la vida" de la finada, con el joteo Terezo de sus zetas.
Sin duda que a pesar de la homofobia de sus detractores, la sobreactuación y el delicado timbre vocal de Raphael se han impuesto como un estilo que logró incrustarse en el corazón del cancionero popular. Sin cambiar ni una nota, ni transar con la caricatura viril que la moral del mercado discográfico le imponía Rafa ha usado esa presión para diferenciar su personaje de los Iglesias y Rodríguez. Raphael ha hecho una producción de su propio chiste, devolviendo la burla, revirtiendo la mofa de sus imitadores al acentuar los pestañazos de su canto, al enfatizar las guaripolas aladas de su baile, al refinar el plumereo irónico de su gestualidad. Porque al fin y al cabo, él mismo se mimetiza en la pirueta colifrunci de su actuación, él mismo es su mejor y más paródica copia, que deja a los humoristas que lo remedan como tontos de segunda fila.
El niño, ya canoso y entrado en años, se ríe de las risas. Y esa estrategia es un elogio para las tres décadas que se ha mantenido en el top musical a toda resistencia. Es un tributo que le rindieron en Venezuela por cadena de televisión. Y cuando le pidieron que firmara el libro de las estrellas, Rafa puso su firma y después se sentó en el libro, estampando sus nalgas ajadas a lo Hollywood, para toda Hispanoamérica. Hace unos años, en la elección presidencial española, Raphael le dio su apoyo a Aznar de la derecha, y dijo que por fin se le hacía justicia al general Franco. Pero estas opiniones políticas y reaccionarias de Rafa nadie las toma en serio, menos las mujeres, que lo siguen adorando como a un niño senil y travieso. El resto... "Qué sabe nadie lo que a Rafa le gusta o no le gusta en el amor".
Cuando se canta "La balada de la Trompeta" en tv.blanco y negro, cuando se escuchan los acordes de "El indio" de Becaud, - dicho. declamado - y las canciones más contestatarias de Chabuca, o "Me he de guardar" de Parra, cuando se evoca aquella versión de Brel .....
ResponderBorrar"uno mas , otro más", entre cientos de canciones "comprometidas" grabadas o no por Rapahel Marthos Sanchez, se siente, se huele a mil kilometros la mala leche con que esta criptroafiada la prosa "sebreimpresa" y amanerada
con que pretende juzgarce a un artista como Raphael.
La Srta Davis dijo un día : desafío a los críticos a ver todas las peliculas en las que no muevo las pestañas en ningun momento.
Raphael podría decir ahora más que nunca, desafío a los que nunca se atrevieron a llenar la Plaza Roja de Moscu a los 22 años - años de estreno de Serrat-, a abrir Teatros en toda la Rusia Comunista,
desde la Opera de San Petesburgo,hasta el London Palladium, a que lo hagan y que hoy, después de cuarenta años de fidelidad a mi público graven un tema comprometido -tanto religiosa como políticamente- como "Máldita y Bendita Navidad"...,
sin pedir permiso ni al Papa ni a la Nobleza Española....
Cantó a Yupanky lo mismo que a Crosby y sería infantil enumerar la cantidad de temás de su repertorio - heterodoxo sí-, que llenaría cuadernos de bitocora como para pasar al otro mundo.
Lo que no puede ni debe hacerse es identificar a Raphael con "cierro mis ojos" porque siempre los tuvo abiertos, muy, muy abiertos.
Y si pensar como pudo pasar de un siglo al otro sin sentir esas sacudidas que hundieron a otros idolos populares en el total olvido.
Y que si el gongorino escriba de gramatica "aflautada" diga si Raphael ha cantado de modo amanerado una canción de Parra como " Que he sacado con quererte", "la Zaeta" de Machado con música de Serrat, o alguna canción del melancólico Luis Eduardo Aute.
Atte Oscar Portela
Pedrito, pedrito, que viene el lobito, ja ja ja.
ResponderBorrarLo de Raphael no te llega en las plumas, no te toca en las manos ni en tus muecas rotas, caidas y muertas como trenes olvidados que se quedan con los ojos blancos mirando como pasan por sus lado las gaviotas y los pajaros canoros.
Deja que Raphael siga en su papel, que, ¡Dios que lo hace bien!
Lo demas, esta demas, y el sigue siendo aquel, mucho mas que un puñado de canciones, mucho mas que abrir caminos, mucho mas que ser el primero en lo que hace y sigue haciendo, por que va por los caminos que escoge con sus banderas en alto, con su arte que es su arma de vida, con su voz que es la razon de ser de tantos y tantas que le siguen durante ya tantos años.
No derrames tus leches agrias sobre el.
No hundas tus uñas espermicas en su carne perfumada.
No ensucies de negro, aquello que siempre fue blanco.
Sería demasiado exigirles que distingan "amaneramientos", de barroco como lo hace Lwdwing Binswager.....
ResponderBorrarLo demás, lo "esperpentico del rock", las declaras muestras de amor a la necrofilia,a la histeria, al mariquitismo exasperado de un Mika hoy que es solo el eslabón de una cadena, es para ustedes no lo "amanerado".
Incluyendo los aullidos de monos de las voces. Que Dios tenga misericordia de quienes no saben lo que significa en la vida de un artista dejar la vida cantando la "Balada para una trompeta", cuando otros declarados gay, se sientan al piano comodamente- o se desnudan desgañitandose para demosttrar lo que valen a un auditorio enfermo de alucinaciones y ezquisofrenia.
Oscar Portela
Ctes- Argentina
conph1Ya está bien de quedarse en lo superficial a la hora de juzgar a Raphael, él es mucho mas que el amaneramiento y la exageracion del gesto que algunos se empeñan en resaltar como único bagaje de 50 años de arte y exitos rotundos lo que pasa es que a esa panda impresentable de "hombres" les molesta que er Niño sólo cantando Cierro mis ojos consiga estremecer a miles de mujeres como no lo son capaces de hacer ellos, machitos que se creen que mostrando su lado mas macarra con estupidas y ridiculas infulas cabernicolas van a hacer que caigamos rendidas a sus pies, Dejenme decirles señores mios sin ningun dolor de corazon que cuanto lo siento, pero nos quedamos con Raphael forever !!!!!
ResponderBorrarKarmen desde España
Pues visto lo visto, y leido lo leido, lástima de tiempo que has perdido escribiendo ese articulo tan en contra de Raphael. Cualquiera de las contestaciones que han aparecido tras él, tienen más sentido de la realidad y me atreveria a decir que incluso son más claras y naturales, y desde luego sinceras. Qué vago quedarse con lo poco de Raphael que se ha quedado para intentar hundirlo... Por suerte hay muchísimo más. Se ha visto y se verá. Menudo es.
ResponderBorrarAO
Bien, lo escrito por Pedrito no refleja sino el atraso en el tiempo de 50 largos años que viven los Argentinos.
ResponderBorrarEso sí que es vivir en el pasado, y para mal. Estamos en 2012 ya.
¿Y de dónde tomaste eso de que firmó el libro y luego se sentó en él? En youtube está el video, y no hizo nada de lo que mencionaste.
ResponderBorrarBuena. Buena . Buena.
ResponderBorrarBuenísima. Buena...